domingo, 16 de marzo de 2014

KARATE A MUERTE EN BANGKOK

             KARATE A MUERTE EN BANGKOK 
                                                 Por
                   Francesc Fernandez y Pedro Conde.


     Hoy en día, aceptamos muchas cosas de nuestra vida cotidiana, sobre todo los más jóvenes, como si hubiéramos convivido con ellas toda la vida. Sin embargo, tecnologías tan comunes como pueden ser los ordenadores, portátiles, internet, telefonía móvil, video conferencias, etc. hasta hace un corto período de tiempo, no eran conocidas ni utilizadas y, pese a ello, ahora son imprescindibles para el trabajo y el ocio de la mayoría de las personas, sobre todo de los jóvenes.




      Cuando se explica nuestra existencia sin ellos antes, te miran como si procedieras de la prehistoria. Si extrapolamos esto al tema de las artes marciales, ocurre lo mismo, parece que llevan toda la vida entre nosotros y eso no es así; hasta finales de 1973 éstas no se divulgaron de forma generalizada en nuestro país. En Europa y EEUU, se conocieron unos meses antes y en algunos países ya les eran familiares hacía más de un año.




   

   Su divulgación fue posible gracias a la serie Kung Fu, basada en una idea original de Bruce Lee y sobre todo, a las películas del mismo actor, que se convirtió en un icono inconfundible de la época y en la “imagen” y el embajador incuestionable de las artes marciales a nivel mundial. Lo que vais a leer a continuación es el nacimiento del mito y todo lo que conllevó con él, esta es su historia.

    El 21 de octubre de 1973, se empezó a anunciar, en televisión española el capítulo piloto de una nueva serie titulada “Kung Fu”, se emitiría un domingo por la noche como estreno y si tenía éxito, pasaría la serie a ser emitida los sábados por la noche, es decir, en la franja horaria de más audiencia, que estaba reservada para los mejores programas o series del momento.

    En los anuncios se veía a un “chino” (todos los orientales eran chinos) que hacía unos movimientos extrañísimos y se quitaba un cuchillo de encima como si nada. Días antes de su emisión, todos los jóvenes y no tan jóvenes, hablaban de la serie. En todas aquellas conversaciones surgía la misma pregunta ¿Qué es eso del Kung Fu? Pensábamos que era el nombre del protagonista, pero el domingo 28 octubre de 1973, fecha de su emisión, se disiparon todas las dudas, aquello era  el nombre del “karate chino”.

    Aquello fue impactante, nunca se había visto nada parecido. Al día siguiente y en los días venideros, todos los niños del barrio y los jóvenes, imitábamos las posturas y golpes de la serie, en unas semanas, los niños ya no jugaban a los indios y vaqueros, tampoco a los romanos con palos que emulaban espadas. En su lugar, realizaban extrañas posturas, pegaban saltos y patadas con golpes con la mano abierta. La serie se convirtió en un fenómeno social en nuestro país.

Nosotros, según los datos que nos constan, fuimos los primeros en el viejo continente en verla. En Francia se estrenaría el 13 de abril del 1974, en Bélgica el 24 de noviembre, en Holanda el 13 de diciembre, en Alemania el  27 de septiembre de 1975 y en Italia en abril de 1975.







    “Kung fu” fue una serie de televisión estadounidense, premiada en su día con varios premios “Emmy”, entre ellos al de mejor dirección y nominaciones a diversos premios por ejemplo a los Globos de Oro. Producida por Warner Bros y emitida por la cadena de televisión ABC entre los años 1972 y 1975. Fue creada por Ed Spielman, con guión del coproductor Herman Miller, dirigida por Jerry Thorpe y con una música compuesta por Jim Helms. Constaba de un capítulo piloto, más otros 62 capítulos de 50 minutos de duración, que se emitieron durante tres temporadas. El capítulo piloto fue emitido en EEUU, el 14 de octubre de 1972, donde en un principio se tituló “The Warrior”. 
    Poco a poco, a medida que fuimos viendo algunos capítulos, nos enteramos que se estaban proyectado en los cines películas de “Kung fu”, donde en algunas se peleaba con espadas, y en cambio, en otras lo hacían con las manos desnudas. A pesar de estas “pequeñas” diferencias, ambas tenían un denominador común: su tremendo éxito en taquilla. Para la crítica cinematográfica había nacido un nuevo género de cine, el de las películas de “karate” primero, que tiempo después fueron catalogadas y denominadas de “Kung fu”.
   
  
   En el caso que nos ocupa, llegó primero a nuestras pantallas “Karate a muerte enBangkok” que fue la novedad, el inicio del género, y sin embargo, no tuvo una acogida muy calurosa, más allá de la juventud que fue sorprendida por lo que nunca habían visto, las artes marciales. La juventud se volcó hacía ellas no sólo en los cines sino en los pocos dojos que habían en aquella época. Con la llegada de “Operación Dragón” se da un salto cualitativo en el género, lo asienta y lo expande a la mayoría del público.



                              ENTRA EL DRAGON
     Entre la serie y las pocas películas que habían en cartel, pronto empezó a destacar un chino sobre lo demás, quien lo veía quedaba embelesado y deslumbrado por las habilidades de aquel maestro, “campeón de todas las especialidades de lucha”, “el cual, había empezado a entrenar desde niño en el templo Shaolin”. Un prodigio en el arte de la lucha, algo nunca visto, su nombre era… Bruce Lee, protagonista de “Karate a muerte en Bangkok”. Estos eran los comentarios de aquella época.
    Curioso título para una película de Hong Kong, protagonizada por un chino, experto en “kung fu” y rodada en Tailandia. Hoy en día, esto es totalmente incoherente y ridículo, sin embargo en aquellos días, era un título muy adecuado y además acertado. 
   



  
     En el festival de Cannes, edición XXVI, que se celebró del 10 al 25 de mayo de 1973, la distribuidora Cathay films limited, que aglutinaba sobre todo las producciones de Golden Harvest, presentó su catálogo de películas. Poco tiempo después,  Cathay abrió una delegación en Europa, concretamente en 129/131, Oxford Street,  Londres, Inglaterra, que en aquellos días fue la meca de seguidores de Bruce Lee y de publicaciones, para adquirir material gráfico e información. Aunque era poco lo que se podía ofrecer en aquella época, cuando todo eran conjeturas sobre el “Pequeño Dragón”, ellos aportaron información muy valiosa.

      Al certamen cinematográfico acudieron diversas distribuidoras españolas, en el caso que nos ocupa, Incine adquirió los derechos de dos películas que habían batido records de taquilla en Oriente y las dos protagonizadas por un tal Bruce Lee. Decidieron doblar y estrenar la primera que rodó. Como nadie sabía muy bien lo que era aquella lucha, la distribuidora Incine tituló a la película con algo que en teoría todos conocían y podían encasillar e identificar con aquellos movimientos desconocidos para luchar, por ello le pusieron el título de “Karate a muerte en Bangkok”, estrenándose en Madrid el 6 de abril de 1973 y, en Barcelona dos semanas después, concretamente el 21.







  
  
     Es decir, Bruce Lee llegó a nuestro país antes que la serie “Kung fu”. La película abrió “la veda” de este género, obteniendo en un principio, una tibia acogida, pero en los meses venideros, fue un tremendo éxito de taquilla. La recaudación total de la película fue de 323.522 euros y fue vista por 1.340.560 espectadores. En el año 1981 la distribuida Ados Films se hizo con los derechos y lanzó el reestreno de la película que recaudó en el año 1981 la cantidad de 612.890 euros y tuvo 694.192 espectadores.
   
     Lógicamente, entre los expertos y maestros que conociamos, había uno que destacaba por encima de los demás, Bruce Lee. Quien había tenido oportunidad de verle en acción, hablaba de él con una gran exaltación y frenesí. Todos imitaban sus gritos, posturas y emulaban sus golpes, todos soñaban con pelear como él. Tuvo que pasar algún tiempo hasta que “Karate a muerte en Bangkok” dejara de proyectarse en Madrid y Barcelona, sobre todo en los programas dobles y pasara a los cines de la periferia, que era donde dejaban entrar a los menores de edad.  Por fin, los que suscriben este artículo, pudieron entrar a ver aquel Gurú fantástico, y… que decepción e impaciencia en un principio… ¡¡¡¡No paraban de hablar y Bruce Lee no peleaba!!!! Estoy seguro que todo el mundo había pagado la entrada por verle en acción ¿sería verdad todo lo que decían y describían de él? Aquel momento parecía no llegar nunca, la primera parte del largometraje se hizo interminable, por fin, en la fábrica de hielo comienza a combatir y… efectivamente, nadie había exagerado un ápice sobre él, era realmente fantástico, nadie ni de lejos se le podía comparar, simplemente te quedabas embelesado e hipnotizado viéndole combatir, aquella forma de pelear no sé podía describir, aparte tenía un carisma especial, algo que atraía a la masa, había que verlo para creerlo, era algo que no se podía narrar, solo vivirlo ¿Cómo describir esa habilidad marcial, ese talento y magnetismo que irradiaba? ¿Cómo comparar a Bruce Lee con David Carradine o con los “chinos voladores” que aparecían en la pantalla grande? ¿Si tras 40 años no ha tenido sucesor, como compararle con los protagonistas de las primeras películas de “Karate” que se estrenaron? No es que estuviera a años luz de ellos, simplemente no se podía establecer ninguna comparación, porque es que no la había, ese grado de maestría no tenía parangón con ningún otro actor o maestro, aquello era arte en movimiento elevado a la perfección absoluta.


                                          NACE EL MITO
     Bruce Lee con tan solo una película pulverizaba todos los clichés que existían hasta entonces en el arte de la lucha en occidente, hasta el punto que hubo un antes y un después de aquello a todos los niveles ¿Exagerado? para los más escépticos, tan solo deben de realizar una mirada retrospectiva a nivel cinematográfico entre el “antes” y  el “después” de la llegada de Bruce Lee a occidente. Anteriormente a la llegada del “Dragón”, el concepto que se tenía de una pelea era repartir mamporros a diestro siniestro tipo John Wayne o Terence Hill & Bud Spencer. De pronto, aparece Bruce Lee y fulmina todo esto con una película, para algunos, con dos… ¿Increíble, no?
    En aquellos años era impensable que se pudieran utilizar las piernas para algo más que correr o como mucho, para rematar a alguien que estaba en el suelo con una patada. Ver a Bruce Lee desarmar a un adversario con cuchillo con una patada que ni se veía y además hacerlo con una facilidad pasmosa, impacto en miles de personas, aquellas imágenes de esos combates quedaron grabadas en la retina de millares de espectadores.





    Supongo que todo esto puede parecer exagerado en nuestros días, ¿pero si esa forma de pelear sorprendió en oriente como no lo iba a hacer en occidente? Recapitulemos: cuando se estrenó “The Big Boss”, el 31 de octubre de 1971 en Hong Kong,  Bruce Lee asombró al público en general y a los críticos en particular y eso que en la Colonia Británica todos estaban familiarizados con las artes marciales. Como anécdota: tras el éxito apoteósico de su premier en Hong Kong, “Karate a muerte en Bangkok” se estrenó de forma simultánea en 16 cines, algo totalmente increíble y sorprendente en aquella época, máxime en una producción local,  batiendo records desde su primer día de proyección, pues llegó a recaudar 372.000  dólares de Hong Kong en un solo día, con llenos totales en todas sus sesiones. Pasando a la historia por conseguir recaudar más de un millón de dólares en tres días, convirtiéndose en poco tiempo (19 días) en la película más taquilla de la historia de Hong Kong, superando la anterior en 800.000 dólares. Al final de su explotación en las salas de cine de Hong Kong llegó a recaudar 3.197.416 dólares. Esto no fue un caso aislado, en otros países del sureste asiático como Malasia y Singapur, ocurrió lo mismo. Llegando a este punto, si en oriente que estaban familiarizados con las artes marciales, siendo habitual el pegar patadas en combate, sin embargo Bruce Lee sorprende a expertos y neófitos por su habilidad, (recordemos que en la pelea final Bruce Lee realiza tres patadas seguidas, por ello en la prensa especializada le apodaron “Li Sanjio” ) como no se iba a sorprender a los “laowai” (“ojos redondos” en chino) o lo que es lo mismo occidentales. 








   Aquella habilidad no solo era con sus patadas, también nos dejaba atónitos su forma de utilizar los puños,  estos eran imparables y demoledores, en fin, aquella forma de pelear en su conjunto era indescriptible e inenarrable. ¿Qué efecto no causaría en occidente donde desconocíamos las artes marciales? ¿Cómo comparar a Bruce Leecon otros actores chinos? Esa habilidad impensable con las piernas, era comparable a la de sus puños.

     Bruce Lee simplemente sorprendía e impresionaba al espectador, que nunca antes habían visto en una pantalla nada igual, ni siquiera parecido, por lo que no debe extrañar a nadie que cautivara a millones de personas, sin importar razas y credos, todos caían ante el “influjo” del Dragón, todos soñaban con pelear y ser como él. Así muchos jóvenes y no tan jóvenes, acudieron al gimnasio o Dojo más próximo a su residencia, enganchándose o encontrando el camino en diferentes escuelas o estilos. 



     Aunque en la actualidad hemos “crecido” y estamos en otros “derroteros”, no nos olvidamos de nuestras “raíces” y del hombre que cambió nuestras vidas, es posible que nuestros rumbos actuales sean distintos, pero lo que es incuestionable que si ha habido un camino a seguir, eso ha sido gracias a Bruce Lee, el mito e icono incuestionable de las artes marciales y guste o no, tras 40 años de su desaparición, todavía sigue su “trono” bacante. Al margen de todo, quien conoce bien el pasado, puede mejorar el futuro, me parece una ingratitud, por lo menos por mi parte, no reconocer, que a nivel marcial y por ello también a nivel personal, que lo que soy y donde he llegado se lo debo a Bruce Lee, es decir: bien por la serie “Kung Fu”, bien por sus películas, he podido conocer las artes marciales, por ello gracias “pequeño dragón”, estés donde estés.
                         






Nota: Este articulo fue publicado en la revista de Cinturón Negro nº 264, el cual se ha modificado, simplificado y adaptado al blog, por lo que solo contiene algunos extractos del mismo, tanto Francesc Fernandez como el que suscribe esto, consideramos que dada la extensión del mismo, era mejor simplificarle, esperamos que esperamos que los arreglos realizados sean de vuestro agrado.